TU MIRADA PUEDE TRANSFORMAR A LAS PERSONAS

Este es parte de un correo que me envió mi querida hija Dalis Milagros, lo cual agradezco mucho, ya que su contenido es muy nutritivo y me  ayuda a crear lazos de confianza y afectividad a través del presente blogs, y al mismo tiempo aprovecho las bondades del  ya referido blogs, como son capacitación flexible y económica, por una parte, y por la otra anula la distancia geográfica, solo,  para mencionar  dos.
Es importante destacar que la pregunta formulada posteriormente se  la hacen al escritor y orador Alex Rovira, considerado un experto en nuevas tendencia de la gestión empresarial, la referida pregunta la realiza uno de los asistentes al evento en el minuto 21:47 del video cuyo enlace se indica a continuación:
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PREGUNTA

¿ Me gustaría saber cuáles son para ti las claves del aprendizaje.? 

Yo creo que son múltiples, la verdad es una pregunta que requeriría una reflexión profunda. Como decía antes, creo que hay un factor fundamental, el contagio, el entusiasmo. No puede haber aprendizaje sin entusiasmo. Se habla mucho de la cultura del esfuerzo, pero creo que es un grave error, porque el esfuerzo en sí mismo, solo el esfuerzo, no es un valor final, es instrumental. El esfuerzo es un instrumento, por lo tanto, creo que, como clave de aprendizaje, estaría el entusiasmo, la pasión, el esfuerzo, pero combinado con algo fundamental, que es la alegría y el reconocimiento. Pensemos de nuevo en aquellas maestras y maestros que han sido los mejores que hemos tenidos en nuestras vidas y veréis que nos invitaban seguramente al esfuerzo, pero ¿desde dónde? Desde el contagio de la alegría, desde el contagio de la pasión, desde el reconocimiento. Bonita palabra reconocimiento, porque no implica solo valorización del otro, sin reconocer, volvernos a conocer continuamente liberándonos continuamente de prejuicios, de imágenes proyectadas. Y creo que esa combinación de, entusiasmo, pasión y esfuerzo, alegría, reconocimiento, son claves del aprendizaje.
Para Celso, el químico, el sabio alquimista, cuanto mayor es el conocimiento, mas grande es el amor, pero que cuanto más grande es el amor, más queremos saber. Hay una dialéctica  maravillosa entre amor y conocimiento: yo te amo, te quiero conocer más, y cuanto más te conozco,  en principio mas te voy a amar, y eso es válido siempre que se mueva en una dialéctica de respeto, de reconocimiento.. ¿Que tienen los equipos de alto rendimiento a nivel deportivo, a  nivel incluso de organizaciones humanas, de empresas? Tres cosas, en primer lugar, se respetan, sin respeto no hay nada. En el aprendizaje es lo mismo, hay que respetar a la persona que está aprendiendo. Segunda admiración. Es fundamental porque pone en marcha el mecanismo de aprendizaje por imitación. Yo cuando admiro a alguien lo quiero imitar, inconscientemente tiendo a incorporar su lenguaje, sus gestos… Y la tercera variable fundamental es que haya un afecto profundo.

¿Alguien ha leído a Kenzaburo Oe, el segundo premio Nobel japonés de literatura? Le dieron el nobel en 1994. Voy a contar una breve historia maravillosa que podéis encontrar en su libro Una cuestión personal ahí esta noveiada, pero tiene muchos tintes autobiográficos Kenzaburo era licenciado en Filosofía y Letras. En cierta ocasión su mujer quedó embarazada y, en paralelo, coincidió que lo enviaron a hacer unas entrevistas a unos médicos en Nagasaski en relación al aniversario de la bomba atómica. El niño venia con el cerebro herniado y los médicos aconsejaron el aborto pero su mujer decía que quería alumbrar al niño aunque sabía que ya, una vez fuera alumbrado, tendría que seccionar parte del cerebro y eso podría generar muchos daños. “Dijo, no tomemos una decisión. Me voy a Nagasaky y, dijo cuando vuelva, cuando regrese decidiremos”. El volvió conmovido de Nagasaki, porque conoció historias de resiliencia, de longanimidad palabra que hemos olvidado y que quiere decir capacidad de superar la adversidad. Total, vuelve de Nagasaski y le dice a su mujer: “Que nazca el niño, porque he visto, hablando con estos médicos y sus pacientes, unas historias de transformación, de esperanza, de superación maravillosas”. El niño nace y por la intervención queda con Autismo, pierde mucho la visión, ataques de epilepsia, descontrol de esfínteres, dificultad para el movimiento... Volvemos a lo que decíamos antes, a la mirada apreciativa, al efecto Pigmalión, a la trasformación desde el amor. Sus padres, padre y madre no renuncian en ningún momento a encontrar en ese niño  al que los médicos dicen que es un vegetal, algún don o característica que le lleve a florecer. Le observan durante muchos años y aparentemente nada, hasta que un día el niño con seis años dice el nombre de un pájaro paseando por un parque, un pájaro que canta. Los padres se dan cuenta que le fascina los cantos de los pájaros. Le compran cintas con cantos de pájaro. Con el tiempo reconoce todos los pájaros solo por el canto. Deciden contratar a una profesora de música. La madre, que es una gran fan de Monzart, le pide, que por favor, si puede, le enseñe o le toque canciones de Monzart, porque el apenas responde, apenas habla, tiene un lenguaje muy limitado. A los 11 años llega un dia la maestra a casa y Hikari le entrega una partitura mal escrita a mano con unas notas. Ella empieza a interpretar y se queda asombrada porque son estructuras muy asimilables a las composiciones más básicas de Monzart, y le dice que lo ha compuesto él. Ella no le da crédito. El niño le entrega otras composiciones… Bueno. Hoy, Hikari Oe es de los autores más vendidos de música clásica contemporánea. De su primer disco se vendieron 80000 unidades, 17 canciones breves compuesta por un niño con autismo, una discapacidad visual importante etcétera. Insisto, creo que no somos conscientes de la capacidad de transformar a los demás, y si se combina todo eso, hacemos florecer al ser amado. Al hablar de amor, lo llevamos mucho al terreno del deseo, al terreno de la lujuria, al terreno de Eros. Hablamos poco de filia y ágape, hablamos poco del amor como la energía de la confianza, del vinculo, de calidad, la energía del compromiso, la energía de la transformación, la energía del dialogo, la energía, que realmente, llámele, energía, llámale, por supuesto, emoción que nos une. Creo que, realmente, no puede haber un aprendizaje radical si un amor radical.



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